jueves, 20 de marzo de 2008

El asesino siempre vuelve

Aznar ha vuelto a hablar. Para decir lo mismo. Para seguir en sus trece. El asesino siempre vuelve. Pinochet se murió pensando que hizo bien librando al mundo de los comunistas indeseables. También Stalin. Es lo que tiene la política. Que se lo digan al padre de Bush. Que se lo expliquen a Hanx Blix, el inspector de la ONU que se desgañitó explicando que no había pruebas de la existencia de armas químicas o nucleares. Que hablen los columnistas y opinadores que justificaron la invasión por la bajada del petróleo. Ahora vale el triple. Viva la democracia. Votar a unos títeres es mejor que comer. Poder comprar varios periódicos es preferible que dormir sin la pistola bajo la almohada. Que hablen los muertos. Casi medio millón. ¿Dónde están los que no fueron a la manifestación contra la guerra? ¿Qué piensan los diputados del PP que miraron a otro lado? Que hablen los exiliados. Que alguien explique a los niños cuál es el precio de la democracia que les han vendido a sus padres sin haberla pedido: su futuro. Aznar ha vuelto hablar. Para decir lo mismo. Para seguir en sus trece. El asesino siempre vuelve.

El Mundo -¿alguien duda de su línea editorial?- enseña las dos caras de este genocidio: la oscura y la más oscura.

Hace cinco años empezó la guerra de Iraq. Que los muertos descansen en paz.

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