domingo, 29 de junio de 2008

Paradojas verdes II

El Consejo Científico de la Unesco en España acordó el día 13 de junio conceder una moratoria a la Reserva de la Biosfera de La Mancha Húmeda -que incluye Las Tablas de Daimiel- para que pueda conservar esta catalogación mientras se ponen en marcha las medidas administrativas de recuperación de los humedales.

La moratoria emplaza a revisar en 2011 las medidas que traten de conservar los valores ambientales que en 1980 le valieron a este espacio su catalogación como Reserva de la Biosfera y fija en 2015 -cuando entra en vigor la Directiva Marco del Agua que exige el buen estado ecológico de todas las masas de agua de los países europeos- la fecha para evaluar si las medidas propuestas por las administraciones públicas han surtido efecto.

Los ecologistas han coseguido llamar la atención y han ganado un asalto, pero en 2015 habrá demasados deberes que cumplir como para que nos acordemos también de éste. Ojalá haya voluntad desde todas las administraciones implicadas y se deje de chupar la sangre a este valioso humedal.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La Mancha Húmeda esta enferma terminal. todos conocen su mal y nadie lo menciona: por no aguar la fiesta del progreso. Ídolo, en este caso de pies de barro.Cultivar maiz en un sacarral y regar hasta las tradicionales parras es como asar la manteca. Tomar los fondos de la cuenta del agua en la Mancha sin ingreso alguno, no solo no acaba con los números rojos, sino que acrecienta los intereses deudores y la ruina esta mas próxima que lejana.Eulogio, a la Mancha húmeda solo le queda posiblemente una cosa el "requiescat in pace". No le pidamos valor a los cobardes, ni generosidad a los egoistas.Es pedir peras al olmo.
El autillo seguirá cantando en las noches de la Mancha, bajo las luces de Orión en silencio.

Anónimo dijo...

Y bajo las estrellas, siempre habrá posibilidad para la esperanza,la catarsis suele ser su camino.

EULOGIO PERPLEJO y PASCUAL SERRANO dijo...

A anónimo y a Raymond, con admiración.

Demasiada sed en el campo, demasiados intereses en la economía y demasiada decepción en la política.

Confiemos en el futuro, que es el refugio de los perdedores clarividentes como nosotros, y mientras podamos disfrutemos de los cantos nocturnos del autillo o del ruiseñor en celo.

Porque larga es la noche.